sábado, 16 de enero de 2016

Vivir el vino - Propósitos para un nuevo año

He de hacer una pequeña confesión: No sé mucho sobre vinos. Ahora que lo he dicho, que me he confesado públicamente, sé en que punto estoy y dónde quiero llegar. Es hora de buscar el camino y empezar a recorrerlo.


En los días que rodean al 31 de diciembre es normal escuchar desde muchos puntos propuestas para el nuevo año. Unos desean perder peso, otros aprender ingles o cualquier otro idioma, otros hacer más deporte...  Desde hace algún tiempo, según me he ido adentrando más y más en el mundo de la gastronomía española y en particular en el de las denominaciones de origen, siento que no me basta con conocer uno u otro producto, sino realmente saber distinguir y reconocer a ciegas las cualidades que lo hacen distinto a los demás.


Este sentimiento es especialmente intenso al mirar hacia el mundo de los vinos: la enología, por su complejidad y amplitud, es una ciencia en sí que no solo requiere estudio, sino además en la práctica, desarrollar una serie de talentos organolépticos capaces de hacernos valer de nuestra sola opinión para valorar con cierta certeza las cualidades de uno u otro vino.


Pues bien, yo ya he comenzado mi andadura: como primer paso y a modo de probar mi propia resolución hacia tan deseada meta, he comenzado con una pequeña enciclopedia temática que me ha acercado por vez primera hacia términos como terruño, vinificación, garnacha o taninos entre otros muchos más. ¡Dos veces he leído y repasado en el último mes el libro! y como suele ser normal en la mayoría de los casos, aunque he aprendido muchas cosas nuevas, principalmente me ha servido para abrirme los ojos y darme cuenta de lo ignorante que soy. Suele suceder que mientras más aprendemos de un tema, más nos vamos dando cuenta de lo poquísimo que sabemos al respecto.

Así, con esta buena predisposición para seguir el camino y profundizar más en este mundo de aromas, sabores y tonalidades, me planteo el siguiente paso mucho más comprometido y largo: ¿un curso de enología?, ¿por qué no?. Son fáciles de encontrar por toda la web, los hay gratuitos (100% teóricos) y otros de pago avalados por reconocidas firmas que casi siempre se complementan con prácticas en bodegas y bolsas de trabajo. El abanico es amplio. Probablemente me decida por los primeros, los gratuitos, como paso intermedio antes de decidirme a pagar una matrícula más o menos cuantiosa sin estar seguro del todo.

En fin, sea como sea, poco a poco me voy fijando cada vez un poco más en la contra etiqueta de las botellas cuando intento elegir uno para la cena. Desde la facilidad con que se bebe y se disfruta un espumoso lambrusco, me voy adentrando en vinos más complejos y elaborados intentando en cada caso sacar la pista de su singularidad y disfrutar de unas cualidades únicas.





Creo que es un bonito camino éste que he comenzado. Entrenar los sentidos con la ayuda de la formación adecuada para distinguir cualquier tipo de arte, es algo que nunca está de más ya se trate de pintura, música o como en este caso, de vino. Quién sabe, lo mismo un día hasta me animo a participar en una cata!. Prometo seguir informando.


Salud!



Disfruta del vídeo que he seleccionado:


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