Terminar las comida con algo
dulce es una de mis más arraigadas y deliciosas costumbres. Ese último bocado
que a menudo encontramos en los postres, parece relajar el cuerpo y la mente
para entrar en una tranquila digestión que durante los siguientes minutos va a
requerir gran parte de nuestras fuerzas. Un ligero sueño, anuncia un estado en
el que es mejor permanecer relajado y distendidos.
Los sabores dulces son para el
alma como las caricias para el cuerpo, nos relajan creando un clima perfecto
para disfrutar de los pequeños placeres de la vida que a menudo parecen pasar
desapercibidos. La magia de lo sencillo se desvela tras el sabor de un
caramelo, una copa de licor o el perfecto equilibrio de una fruta bien madurada
al Sol.
La fruta, esa que cuando la
pruebas no sabes cuando parar, esa que nos trae recuerdos de la infancia sin
saber por qué, la que no quisiéramos que terminase nunca, esa fruta, no es
difícil de encontrar. En algunos casos basta con pedirla por su nombre y
apellidos para tener asegurados el placer de haber encontrado justo lo que
buscábamos.
En La Rioja, además de los vinos
que todos conocemos, otro cultivo también alcanza en alto nivel de calidad y
vinculación exigidos para poseer la distinción de una Denominación de Origen
Protegida: "Peras de Rincón de Soto".
Unos treinta municipios repartido
por todo el valle del Ebro, producen unas peras de tal calidad que desde 2002
poseen el reconocimiento de D.O.P. convirtiéndose en la primera de este tipo en
toda la Unión Europea. Las tierras fértiles y húmedas hacen de esta comarca un
lugar de ensueño para huertas y frutales, las variedades Blanquilla y
Conferencia desarrollan todo su esplendor y máximo sabor bajo el laborioso
trabajo con el que se cuidan las plantaciones. La Recolección manual asegura
que solo en su momento óptimo, serán recolectadas las peras con el mimo y
dedicación que garantiza solo la comercialización bajo la marca de las mejores
piezas.
Peras al vino
Al placer de una fruta de semejantes características poco más se le puede o debe añadir, claro está, que recetas tradicionales como la tarta de pera al caramelo o las peras al chocolate, despiertan en el paladar todo un aluvión de sensaciones imposibles de resistir. Mezclando lo mejor de la tierra, no podía cerrar este artículo sin nombrar uno de los postres más auténticos y fácil de preparar que conozco: Las peras al vino tinto, por supuesto, de La Rioja.
Disfruta del vídeo que he seleccionando
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